Con apenas 21 años, mi hija Yolanda América ha alcanzado un importante peldaño en su carrera académica al graduarse de su primera maestría en Psicología de la Educación en la Universidad George Washington, una de las instituciones más reconocidas a nivel internacional.
Este logro no solo representa una meta cumplida, sino también el reflejo de su constancia, disciplina y pasión por el conocimiento. Yolanda ha demostrado que cuando se tiene visión clara y amor por el aprendizaje, los límites se superan más temprano de lo previsto. Como padre, me llena de orgullo ver su crecimiento, no solo académico, sino también humano. Su compromiso con el bienestar emocional y educativo de las personas augura un futuro prometedor y de grandes aportes a la sociedad.
Es justo y necesario reconocer también a doña Margarita, su madre, una mujer que ha estado presente en cada paso del desarrollo de Yolanda. Su entrega, guía y acompañamiento constante han sido pilares esenciales en este proceso. El amor con el que ha criado y formado a nuestra hija se refleja hoy en este gran triunfo.
Este es solo el comienzo. Yolanda representa la esperanza de una nueva generación comprometida con el saber, con los valores y con el bienestar de los demás. Que este momento sea una inspiración para muchos jóvenes dominicanos que sueñan en grande.